martes, 10 de agosto de 2010

Singles

La Vanguardia publica hoy un artículo sobre la economía de los singles, es decir, de solteros, divorciados y viudos. Nada que objetar a las cifras sobre viajes (los singles viajan todo lo que pueden y más aunque sea tirando de low-cost y albergues), pero discrepo en cuanto a los gastos referentes al consumo general. 

Me cuesta creer que esa media de consumo de 500 euros mensuales que se menciona sea real, teniendo en cuenta que muchos de ellos son mileuristas o poco más. Si se descuenta a ese salario los gastos por vivienda, alimentación y transportes, por ejemplo, ¿de dónde sacaría el/la pobre single los 500 euros mensuales para "marchetas" varias?

Asimismo, habría que incluir entre esos singles a los padres divorciados con hijos, a quienes entre pensiones, medias hipotecas y demás gastos asociados a su ex-estado, se condena a una situación de poco  más que de pobres de solemnidad... Y es curiosa la invisibilización social de ese colectivo. ¿Hay que asumir que el hecho de ser padre te pueda sentenciar a vivir con 200 o 300 euros mensuales? ¿Gajes del oficio paterno? Del materno no lo suele ser. Y lo dice una feminista convencida. Supongo que no meter mucho ruido tiene estas cosas: pasar desapercibido en las cifras anuales sobre pobreza.

Por otra parte, el ritmo "muy especial" del que habla el fundador de la red social de singles no es más que la prioridad por dedicar tiempo y economía al ocio, los viajes y la cultura. No mitifiquemos tampoco por hedonista la condición de single.

Finalmente, como single que soy, quisiera también dar cuenta de la parte negativa del vivir solo (¡no todo van a ser viajes y juergas!): pagas tanto como una familia por lo que respecta a luz, agua, contribución e impuestos varios... Y evidentemente, consumes como uno y sólo tienes un sueldo! No tienes ayudas ni subvenciones varias a no ser que tengas hijos... O sea, que no se te trata como a una persona y un sueldo, sino como un elemento sin hijos y sin problemas.

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